En la educación de los jóvenes las actividades de verano son fundamentales porque permiten consolidar los logros formativos conseguidos durante el curso. A lo largo de los veranos se pretende ayudar en piezas claves en la maduración de la personalidad: despertar el asombro, formar la afectividad y fomentar inquietudes.
La formación que reciben los jóvenes en las convivencias adquiere una dimensión global que comprende varios aspectos: desarrollo del carácter, sensibilidad por las realidades ajenas y propias, valor del servicio desinteresado, etc., pues en ellas se perciben más claramente los rasgos de la personalidad de cada uno: sus fortalezas y necesidades.
El pago de estas actividades se hará por medio de transferencia a la cuenta ES14 3008 0201 9124 3388 2426 (Caja Rural de Navarra).